Mente de mujer, cuerpo de madre

¿Qué era lo primero que quería ver justo después de los dos guiones rosados ​​en la prueba de embarazo? Un nacimiento. Vamos, dos o tres… Vaginal, obviamente.

Porque, a pesar de que sabía desde hacía mucho tiempo que los bebés no venían con cigüeñas, todavía no podía convencerme de que podían salir, sonrojados y bien horneados, todavía donde vinieron, hace nueve meses.

En la primera fase de mi documentación voyeurista, puse los ojos en blanco, casi tan grandes como los agujeros donde aparecían pequeñas cabezas de hombrecitos.

Luego apreté mis rodillas con fuerza, tan fuerte que en esos momentos ni una sola celda con cola podría haberse deslizado a través de ellas.

Pero ya era demasiado tarde para tomar tales precauciones.

¿Cuáles fueron las siguientes cosas que vi? Bueno, una temporada de nueve meses de ‘Transformers’ proyectada diariamente en el espejo.

Además de la barriga cada vez más evidente, hubo muchas pequeñas transformaciones más o menos anticipadas: la preferencia repentina por comidas saludables tanto en términos de elección de alimentos como en términos de cantidad; piel limpia, sin granos; el adorno para el cabello que de repente decidió no dejarme, probablemente curioso por saber qué pasa en el último episodio; un montón de agua de la misma curiosidad.

Más allá de los cambios predecibles provocados por el embarazo y el nacimiento, hay todo un universo de cambios que pensé que eran solo folclore.

Eso fue hasta que me sucedieron algunas cosas.

No entendía qué tenía que ver la barriga con la planta del pie y por qué tantas mujeres estaban convencidas de que no podían caber zapatos viejos ni siquiera dos años después del nacimiento.

Sigo sin entender la conexión, es seguro que tampoco puedo usar mis zapatos viejos.

La maternidad dejó mi cerebro vacío y mi alma llena, un cuerpo en algún lugar como una virgen eterna y una circulación periférica tan eficiente que no había sentido mis piernas frías durante un año y medio.

Además del hecho de que ha magnificado vuestros corazones, ¿cómo os ha formado la maternidad? ¿Cuáles son los cambios que llevas como decoración y cuál es tu objetivo para la varita mágica del cambio?

Artículo escrito para Mother’s Nest de Dana Ganja, una artista de palabras y con una fuente de auténtica inspiración: su vida en ciernes llamada Mara. También puedes disfrutarlo aquí: https://speologieafectiva.blogspot.ro/. Y de una forma un poco más pragmática, aquí: https://www.primiicercei.ro/. ¡Consejos para las madres de las niñas! ⁇

Post a Comment